The Great Green
Sometimes the distances that separate us are enormous, not only in a spatial or geographical sense, but also in time. The result of what we are today is the fruit of complex relationships and interweavings in which different agents (social, cultural, economic, etc.) have proved to be a driving force behind history. The tensions resulting from this incessant movement leave their traces in the landscape and architecture in such a way that they can be revealed today. In this way, a deferred memory is constructed, where elements from distant times coexist, integrate and merge with modern elements. This sort of palimpsest, well known in disciplines such as archaeology, reveals unexpected relationships and formal alliances between apparently distant and irreconcilable cultures.
The Mediterranean basin is perhaps one of the places where processes of integration, rupture, acculturation and reconstruction have occurred most intensely. The Mediterranean Sea has been considered an ideal space for exchange between ancient and diverse cultures which, despite a complex and often tumultuous history, have shared a common scenario, adopting extremely familiar solutions to satisfy the same basic needs. Mare Nostrum ("Our Sea") in Imperial Rome, the "Great Sea" of the early Hebrew communities or the "Great Green" (Wadj-wer) in Ancient Egyptian times. The same sea, the same sun, and strategies of survival and development that often overlap and merge.
This ever-growing project seeks to explore and put into practice syncretism as a fundamental principle through which to bridge distances at a time when these seem to be growing, even though, paradoxically, the world is more interconnected than ever.
The desire to link and bring closer together is articulated through the formal analogies or rhymes that can be observed in the different photographed remains. The series consists of three parts: The Myth (burials and infrastructure), The Progress (columns and structure) and The War (walls and fortifications). The photographs form an ordered grid in which there are gaps, like a perforated wall, suggesting that when it comes to unveiling the story, there are still many unknowns and spaces where the imagination, in the absence of information, often occupies these spaces.
Sometimes the distances that separate us are enormous, not only in a spatial or geographical sense, but also in time. The result of what we are today is the fruit of complex relationships and interweavings in which different agents (social, cultural, economic, etc.) have proved to be a driving force behind history. The tensions resulting from this incessant movement leave their traces in the landscape and architecture in such a way that they can be revealed today. In this way, a deferred memory is constructed, where elements from distant times coexist, integrate and merge with modern elements. This sort of palimpsest, well known in disciplines such as archaeology, reveals unexpected relationships and formal alliances between apparently distant and irreconcilable cultures.
The Mediterranean basin is perhaps one of the places where processes of integration, rupture, acculturation and reconstruction have occurred most intensely. The Mediterranean Sea has been considered an ideal space for exchange between ancient and diverse cultures which, despite a complex and often tumultuous history, have shared a common scenario, adopting extremely familiar solutions to satisfy the same basic needs. Mare Nostrum ("Our Sea") in Imperial Rome, the "Great Sea" of the early Hebrew communities or the "Great Green" (Wadj-wer) in Ancient Egyptian times. The same sea, the same sun, and strategies of survival and development that often overlap and merge.
This ever-growing project seeks to explore and put into practice syncretism as a fundamental principle through which to bridge distances at a time when these seem to be growing, even though, paradoxically, the world is more interconnected than ever.
The desire to link and bring closer together is articulated through the formal analogies or rhymes that can be observed in the different photographed remains. The series consists of three parts: The Myth (burials and infrastructure), The Progress (columns and structure) and The War (walls and fortifications). The photographs form an ordered grid in which there are gaps, like a perforated wall, suggesting that when it comes to unveiling the story, there are still many unknowns and spaces where the imagination, in the absence of information, often occupies these spaces.
El Gran Verde
En ocasiones, las distancias que nos separan son enormes, no únicamente en un sentido espacial o geográfico, sino también temporal. El resultado de lo que somos hoy es fruto de complejas relaciones y entramados donde distintos agentes (sociales, culturales, económicos, etc.) han resultado ser un motor que impulsa a la Historia. Las tensiones resultantes de este movimiento incesante dejan sus huellas en el paisaje y en la arquitectura de tal manera que pueden ser desveladas en la actualidad. Se construye, de esta manera, una memoria en diferido, donde conviven, se integran y se funden elementos procedentes de épocas lejanas junto con elementos modernos. Esta suerte de palimpsesto, bien conocido por disciplinas como la Arqueología, ponen de manifiesto relaciones inesperadas y alianzas formales procedentes de culturas aparentemente distantes e irreconciliables.
La cuenca mediterránea es, quizás, uno de los lugares donde se han dado con más intensidad procesos de integración, ruptura, aculturación y reconstrucción. El Mar Mediterráneo ha sido considerado un espacio ideal de intercambio entre antiguas y diversas culturas que, a pesar de protagonizar una historia compleja y a menudo tumultuosa, han compartido un escenario común, adoptando soluciones tremendamente familiares a la hora de satisfacer las mismas necesidades básicas. Mare Nostrum (“Nuestro Mar”) en la Roma Imperial, el “Gran Mar” de las primeras comunidades hebreas o el “Gran Verde” (Wadj-wer) en tiempos del Antiguo Egipto. Un mismo mar, un mismo sol y estrategias de supervivencia y desarrollo que frecuentemente se solapan y se confunden.
Este proyecto en constante crecimiento trata de explorar y poner en práctica el sincretismo como principio fundamental mediante el que poder estrechar distancias en un momento en el que estas parecen ser cada vez mayores, a pesar de que, paradójicamente, el mundo está más interconectado que nunca.
La voluntad de vincular y acercar se articula por medio de las analogías o rimas formales que pueden observase en los distintos restos fotografiados. La serie se compone de tres partes: El mito (enterramientos e infraestructura), El progreso (columnas y estructura) y La guerra (muros, templos y fortificaciones). Las fotografías configuran una retícula ordenada en la que se dan huecos, como un muro horadado, dando a entender que a la hora de desvelar la historia aún quedan muchas incógnitas y espacios donde la imaginación, a falta de información, a menudo ocupa dichos espacios.
En ocasiones, las distancias que nos separan son enormes, no únicamente en un sentido espacial o geográfico, sino también temporal. El resultado de lo que somos hoy es fruto de complejas relaciones y entramados donde distintos agentes (sociales, culturales, económicos, etc.) han resultado ser un motor que impulsa a la Historia. Las tensiones resultantes de este movimiento incesante dejan sus huellas en el paisaje y en la arquitectura de tal manera que pueden ser desveladas en la actualidad. Se construye, de esta manera, una memoria en diferido, donde conviven, se integran y se funden elementos procedentes de épocas lejanas junto con elementos modernos. Esta suerte de palimpsesto, bien conocido por disciplinas como la Arqueología, ponen de manifiesto relaciones inesperadas y alianzas formales procedentes de culturas aparentemente distantes e irreconciliables.
La cuenca mediterránea es, quizás, uno de los lugares donde se han dado con más intensidad procesos de integración, ruptura, aculturación y reconstrucción. El Mar Mediterráneo ha sido considerado un espacio ideal de intercambio entre antiguas y diversas culturas que, a pesar de protagonizar una historia compleja y a menudo tumultuosa, han compartido un escenario común, adoptando soluciones tremendamente familiares a la hora de satisfacer las mismas necesidades básicas. Mare Nostrum (“Nuestro Mar”) en la Roma Imperial, el “Gran Mar” de las primeras comunidades hebreas o el “Gran Verde” (Wadj-wer) en tiempos del Antiguo Egipto. Un mismo mar, un mismo sol y estrategias de supervivencia y desarrollo que frecuentemente se solapan y se confunden.
Este proyecto en constante crecimiento trata de explorar y poner en práctica el sincretismo como principio fundamental mediante el que poder estrechar distancias en un momento en el que estas parecen ser cada vez mayores, a pesar de que, paradójicamente, el mundo está más interconectado que nunca.
La voluntad de vincular y acercar se articula por medio de las analogías o rimas formales que pueden observase en los distintos restos fotografiados. La serie se compone de tres partes: El mito (enterramientos e infraestructura), El progreso (columnas y estructura) y La guerra (muros, templos y fortificaciones). Las fotografías configuran una retícula ordenada en la que se dan huecos, como un muro horadado, dando a entender que a la hora de desvelar la historia aún quedan muchas incógnitas y espacios donde la imaginación, a falta de información, a menudo ocupa dichos espacios.
Published on:
> “Iván Cáceres: The Great Green”. Al-Tiba9: Contemporary Art Magazine Issue06 (2019).
> “Iván Cáceres: The Great Green”. Al-Tiba9: Contemporary Art Magazine Issue06 (2019).
Publicado en:
> “Iván Cáceres: The Great Green”. Al-Tiba9: Contemporary Art Magazine Issue06 (2019).
> “Iván Cáceres: The Great Green”. Al-Tiba9: Contemporary Art Magazine Issue06 (2019).
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